Consecuencias postales


Como la gente cada vez envía menos cartas y prefiere correos electrónicos, el cartero va y viene con menor frecuencia. Los más perjudicados por esta situación son ciertos perros que no encuentran a quién molestar, aunque también lo soy yo, cuando prefieren practicar conmigo, a la espera de un ligero cambio de tendencia.

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