Efecto colindante



La oscura faena está casi cumplida. Un cuerpo gime aún, tendido. Pero ahora sí, el último puntazo -que pudo ser primero y único-, parece suficiente. El hombre limpia el cuchillo y se dirige al matorral, dudando. Se soñó demiurgo y entonces lo comprueba: creó una muerte, causó un testigo.

Navidad con niños (pero sin cuento)



Sus ojos brillaron frente a la hoguera, donde ardían las hojas del último libro que habían elegido para calentarse. Papá Noel, se sintió inútil.

El niño volátil


Era de sueño tan ligero que apenas cerraba los ojos, emprendía vuelo.

Rebelión en la página

Me dicen que hubo revuelta y que las hojas se pegaron por idea del microcuento que se negaba a ser leído. Quise azotarlas pero me dio lástima. Ellas no tienen la culpa, hay cuentos que son así, rebeldes de chiquitos.

Sueño verboidal


Voy cayendo, sollozando, despertando. No sé si lo soñé o fue una lección acelerada de gerundios.

Condición


_Dile a leñador que no me mate –rogó el lobo.
_Está bien –asintió Caperucita-, pero tú dile al narrador que suprima la moraleja.

El dinero y los libros

Voy a contarles algo que suele ocurrirme. A veces pierdo dinero en los libros y esto se debe a que me da pereza ir al banco, sacar número, hacer cola, saludar a personas que sólo veo allí, en el banco, y hablar del clima con desconocidos. La búsqueda viene bien porque de ese modo encuentro libros que no recordaba tener, incluso los que todavía no devuelvo y que gentilmente me cedieron algunos amigos. Quizá lo único cierto, además de mi biblioteca dispersa y de segunda mano, es que mientras busco, me olvido de lo que estaba buscando porque algún buen libro aparece y cuando finalmente el dinero se asoma, me doy cuenta de que no lo necesitaba tanto.

Consecuencias postales


Como la gente cada vez envía menos cartas y prefiere correos electrónicos, el cartero va y viene con menor frecuencia. Los más perjudicados por esta situación son ciertos perros que no encuentran a quién molestar, aunque también lo soy yo, cuando prefieren practicar conmigo, a la espera de un ligero cambio de tendencia.

El pozo


Estoy en este pozo horizontal, que viene a ser como el rincón de una habitación que desconozco. En este fondo estamos los que perdimos. Algunos amigos insisten en visitarme y ruegan que yo regrese; supongo que no se atreven a decirme que estoy loco, aunque lo dudo.

Pandora


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